REFLEXIÓN

PREGUNTAS GENERADORAS:

Responder y analizar los siguientes enunciados o preguntas:

1."con la cibercultura el lugar de la obra se dispersa. Los roles se reconfiguran y ya no se puede hablar de un escritor  y de un lector como entidades separadas, sino de un escrilector, alguien que despliega una inteligencia colectiva y produce sus propios textos en forma casi simultánea con su recepción”. (Jaime Alejandro Rodríguez) 2003.

Evidentemente nos encontramos en una nueva era, a puertas de una nueva cultura y nueva forma de valorar la obra literaria como un vehículo y modelo de experiencia que trasciende el ámbito de lo lineal, de un circuito cerrado hacia una espiral creciente de interpretaciones, en el cual no existe imposiciones ni autoritarismos, desde esta mirada por supuesto que en el fenómeno de cibercultura, la obra se difunde, evitando un discurso uniforme, existiendo un cambio de  práctica comunicativa; se desvanece por fin el dominio del autor, el cual estaría a igualdad de condiciones de su intérprete, permitiendo que lector sea también escritor, generador de nuevas visiones, otras realidades, innovado otras narraciones y transformadores de esta era.

2. Según  Bajtin (1982) "la obra literaria es un producto cultura capaz de reproducir las fuerzas activas de un determinado momento social y propone una lectura dialógica apoyando conceptos como la heteregloxia (diversidad de lenguas) y el plurilinguismo (presencia de dos o más lenguas en competencia lingüística en un lugar). La teoría de la recepción nos propone una concepción de la lectura que recupera al lector como agente activo en la comunicación literaria y suscita una reflexión necesaria en torno a la figura del autor" ¿Cómo lo aplicaríamos nosotros docentes de la era de la formación y la literatura digital? ¿Cómo nos convertimos en agente activos?

El encontrarnos en la revolución del texto electrónico, el docente debe proyectarse a ser un agente activo en el proceso de enseñanza, utilizando estrategias didácticas que dinamicen  el proceso de aprendizaje de los alumnos, que más allá de hacer un tipo distinto de actividades, por el hecho de que se utilice el internet para realizar cualquier clase de trabajo académico, no quiere decir que sea una experiencia significativa.

Se debe por lo menos orientar a nuestros estudiantes a encuentros placenteros con la obra literaria, para que realmente sea una experiencia fructífera, que fortalezca su capacidad creativa, argumentativa, propositiva, que además lo impulse en convertirse en un autor a través de las posibilidades innumerables que le ofrece el hipertexto de crear y recrear el conocimiento, de innovar nuevas narraciones, de socializar e interactuar con otros mundos.  En lo personal a pesar de las duras críticas y de los rechazos de ciertos expertos por la introducción del hipertexto, considero que este  es más que un instrumento de trabajo dentro del proceso de formación, es un hacer posible las facultades intelectuales y creativas de cada sujeto, es potenciar esa gran capacidad de llevar la realidad a un marco imaginativo, y  a partir de esa ficción crear otras realidades.

El docente deberá guiar a sus estudiantes a generar sus propias producciones textuales, sus propias obras narrativas puede ser a partir de una experiencia real, o asa gran capacidad imaginativa, de esta forma el alumno será el protagonista y generador de conocimiento, pues el carácter del hipertexto es promover en sus lectores la libertad y autonomía de diseñar y escribir, serían muchas posibilidades que tiene el docente para ser de éste un nueva forma de construir ambientes placenteros, es necesario entonces que relaciones los contenidos con la realidad de los estudiantes, proveerles de sentido, fortaleciendo su desarrollo de pensamiento.

3. ¿Cómo interpretas el concepto de ciberescrilectores aplicado hoy ya en el ámbito literario?

Hoy en la nuevas proyecciones de la literatura, como espacio abierto a la interpretación, al juego, a trasportar al usuario a un sin número de experiencias por medio del hipertexto, el cual permite que el lector y escritor se encuentren en una misma línea de igualdad, sin coacciones, en el que el lector tiene la libertad replantear la obra. Por lo cual lo interpreto como la fusión en el espacio virtual de un conocimiento, idea, pensamiento compartido entre escritor y el lector, surgiendo los ciberescrilectores con nuevos comentarios, utopías, otras realidades de la obra literaria, operando en su estructura y exégesis, desarrollando otras posibilidades narrativas.